Descubre la ruta del modernismo en Barcelona desde una Hummer. ¿Te imaginas a bordo de una poderosa limusina recorriendo el centro histórico de la Ciudad Condal y visitando los monumentos modernistas de Barcelona? ¡Sin duda es una manera original de hacer la ruta modernista y diferenciarte del turista de a pie!
Lo cierto es que visitar la ciudad condal y no pasar por las casas de Gaudí, por el parque Güell, por la Sagrada Familia o por las increíbles fachadas modernistas de la Rambla y del Paseo de Gracia debería ser delito.
Pero incluso si es el caso de que ya conoces la ruta modernista, puedes volver a hacerla de una manera que nunca habías imaginado, porque recorrer Barcelona a bordo de una limusina Hummer te prometemos que será una experiencia completamente distinta.
Imagínatelo por un momento: hordas de turistas japoneses haciendo fotos con sus cámaras de última generación frente a la casa de Gaudí de La Pedrera (también conocida como la Casa Milà) y, de repente, irrumpes tú por Paseo de Gracia a bordo de tu limusina Hummer.
No es difícil pensar que muchas de esas cámaras de los turistas se dirigirán de la Pedrera a la limusina, y, además, tú podrás contemplar la curvilínea fachada modernista desde la tranquilidad de tu vehículo, asomado por la ventanilla o el falso techo y, por encima de las cabezas de los turistas, hacer las mejores fotografías del monumento.
Ruta del modernismo de Barcelona en Hummer
En una tarde podrás recorrer media Barcelona a bordo de una limusina Hummer y no solo pasar por delante de La Pedrera. Te aconsejamos empezar por el puerto, subir por el Paralelo y la calle Nou de la Rambla, cerca del menos conocido Palacio Güell.
La ruta sigue por la Rambla hacia Plaza de Cataluña: la Boquería, las esculturas vivientes, la fachada de los paraguas y la plaza. Después, seguir subiendo por Paseo de Gracia. Primero, a la izquierda, encontrarás la Casa Batlló, más arriba la Casa Milà. No olvides el distrito de Gracia con la Casa Vicens, el parque Güell, o el Ensanche, donde están la Sagrada Familia y la Casa Calvet. Y todo esto, sin preocuparte de atascos o de coger el último metro: ¡con la fiesta a cuestas!